El dolor es el idioma universal que todos comprendemos. Es la experiencia humana que nos iguala a todos, nos hermana y nos acerca a los demás sin tomar en cuenta su condición social, política o religiosa. Ante el dolor se derrumba lo superficial y aflora lo verdaderamente importante. Descubrimos a partir del dolor nuestra vida como nunca la vimos; se nos caen las escamas de los ojos y percibimos lo que nos rodea de un modo distinto. El dolor tiene un poder transformador capaz de generar cambios profundos y auténticos y un poder destructor suficiente como para arruinar y destruir vidas enteras. Jesús sabe lo que es el dolor, lo comprende y lo vivió en carne propia. Sabe reconocer un dolor auténtico tanto en aquel padre que le pide ayuda, como en aquella mujer que se sintió avergonzada al ser descubierta. El dolor auténtico nos vuelve personas compasivas y solidarias con los demás.
Entradas recientes
Etiquetas
aceptar
actitud
Alegría
amar
Amor
aprender
bondad
Camino del Milagro
Compasión
confianza
conocimiento
corazón
crecer
creer
descubrir
Dios
discernimiento
Día
Ejercicios Espirituales
entrega
escuchar
Esperanza
Evangelio
fe
felicidad
gestos
interior
Jesús
libertad
mensaje
miedo
Miedos
Misericordia
Nuestra Señora de los Milagros
Oración
Palabra
palabras
Paz
reconciliación
Reflexiones
Regalo
sabiduría
verdad
vida
vivir