Pedimos a Jesús muchas cosas. La mayoría de nuestras oraciones están armadas para pedir, implorar o rogar. Es cierto que Jesús nos dice que pidamos, y si pedimos en su nombre al Padre, Él nos lo concederá. Pero ¿hemos advertido lo suficiente que en la dinámica de la oración tenemos que estar dispuestos a abrir las manos y soltar? A veces pedimos a Dios, sin estar disponibles a soltar las cosas que queremos que nos conceda, si así fuera necesario. Pedimos de manera caprichosa, sujetos a lo que deseamos ganar. Decimos en el Padrenuestro «Hágase tu voluntad», pero queremos que se cumpla la nuestra. En la dinámica de la oración Pedir, exige estar dispuestos a soltar, a entregar, a dejar en las manos de Dios lo que le pedimos para que su voluntad se cumpla. Hemos de ofrecer al Padre lo que le pedimos con disponibilidad a que suceda lo que él juzgue mejor para todos.
Poner en las manos de Dios
Entradas recientes
Etiquetas
aceptar
actitud
Alegría
amar
Amor
aprender
bondad
Camino del Milagro
Compasión
confianza
conocimiento
corazón
crecer
creer
descubrir
Dios
discernimiento
Día
Ejercicios Espirituales
entrega
escuchar
Esperanza
Evangelio
fe
felicidad
gestos
interior
Jesús
libertad
mensaje
miedo
Miedos
Misericordia
Nuestra Señora de los Milagros
Oración
Palabra
palabras
Paz
reconciliación
Reflexiones
Regalo
sabiduría
verdad
vida
vivir