¡Qué fácil nos dejamos robar la alegría, la paz y la esperanza! Todos anhelamos sentir paz en el corazón. También quienes siembran odio, división y enemistades, con sus actitudes y palabras, la desean y anhelan profundamente. Todos necesitamos la alegría para experimentar como la vida se expande, crece y se desarrolla, y de la esperanza para atravesar las tormentas que nos toca vivir.
Pero necesitamos también ser más cuidadosos de nuestra vida interior y no dejarnos robar tan fácil lo que Dios siembra en nuestro corazón. Necesitamos ser más conscientes de los pensamientos y sentimientos que nos atormentan para dejar de dar vueltas sobre ellos. Cuida de la alegría, la paz y la esperanza que Dios te da.
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