La vida de Jesús nos ayuda a descubrir la propia vida.
El conocimiento interior de Jesús y el conocimiento de nosotros mismos pueden considerarse las dos caras de una misma moneda. ¿Por qué? La oración o meditación de la vida de Jesús nos ayuda a descubrir la propia vida. Las curaciones y milagros relatados en el Evangelio siguen dando luz interior y transformando la vida de quienes se toman un tiempo para profundizar en ellos. Jesús es la luz que ilumina nuestro interior, nos ayuda a comprendernos y aceptarnos desde su mirada compasiva y misericordiosa.
(Jn 12, 44-50)